¿Cuántos metales de los sedimentos del río llegan al cuerpo humano?


La investigación de la contaminación en sedimentos y materia particulada de la cuenca del río Deba, una de las más afectadas por vertidos de aguas residuales del territorio guipuzcoano, es actualmente una de las líneas de investigación liderada por Estilita Ruiz Romera, del Grupo Consolidado Procesos Hidro-ambientales de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). En este marco, el empleo de metodologías que permiten analizar la disponibilidad y, por tanto, la toxicidad de metales en el sedimento, desempeña un papel muy importante en la evaluación del impacto de estos contaminantes en ecosistemas fluviales.

Un estudio del grupo, publicado en la revista Ecotoxicology and Environmental Safety, concluye que “no todo el metal que está contenido en los sedimentos afecta directamente a la salud humana, sino que únicamente una fracción de esos metales puede incorporarse al organismo humano”, explica Jessica Unda, investigadora del departamento de Ingeniería Química y del Medio Ambiente. En el trabajo las científicas han analizado la bioaccesibilidad de los metales contenidos en sedimentos, es decir, el porcentaje de metal que puede quedar diluido en los jugos gastrointestinales humanos.

Las autoras han simulado in vitro la liberación de estos metales en el tracto gastrointestinal. En concreto, han expuesto muestras de sedimentos de la cuenca del río Deba, tomadas en 2011 y 2012 en diferentes puntos de la cuenca, a determinadas condiciones características tanto de la fase estomacal como de la fase intestinal (condiciones de temperatura, enzimas, ácidos estomacales, etc.).

Según las conclusiones obtenidas en la investigación, “son los vertidos de aguas residuales urbanas e industriales los que aportan o vierten los metales más bioaccesibles”, explica Unda. “En cuanto a la variación temporal, hemos visto que en algunos puntos el riesgo de toxicidad humana debido a la bioaccesibilidad se ha visto reducida”, debido a la puesta en marcha de la depuradora de Epele (Arrasate) en 2012.

Métodos fisiológicos y químicos

En el estudio han comparado los resultados obtenidos mediante el método con base fisiológica con otros obtenidos mediante métodos químicos, y han concluido que el método fisiológico “ofrece resultados más elevados que los químicos”, lo que lleva a pensar que “una simulación de las condiciones del tracto gastrointestinal más realista es más adecuado en el análisis de la bioaccesibilidad”, declara Unda.

Las investigadoras recalcan, a su vez, que “las directivas europeas deberían introducir el sedimento como matriz de análisis, deberían ir un paso más allá. Con este trabajo se ha querido subrayar la importancia del sedimento, porque es un vector de transporte de estos metales. Sin embargo, es una matriz poco estudiada”.

La Directiva Marco del Agua establece que la calidad ecológica de una cuenca se debe determinar a partir de la concentración total de los metales en los sedimentos, “pero no es suficiente establecer el nivel de toxicidad de la cuenca sólo por la concentración total del metal en ella, sino que hay que analizar una línea más directa entre ese contenido metálico y la salud humana, que sería mediante la bioaccesibilidad”, declara Unda.

Referencia bibliográfica:

Unda-Calvo J., Martínez-Santos M., Ruiz-Romera E. ‘Chemical and physiological metal bioaccessibility assessment in surface bottom sediments from the Deba River urban catchment: Harmonization of PBET, TCLP and BCR sequential extraction methods’. Ecotoxicology and Environmental Safety. Vol. 138, April 2017, p. 260–270. http://dx.doi.org/10.1016/j.ecoenv.2016.12.029.




Fuente: Agencia Sinc
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